Jorge Gómez-Moreno, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid y mano derecha de Tomás Gómez, ha aprovechado su declaración ante el juez Fernando Andreu, en el marco de la investigación de la Audiencia Nacional sobre la salida a Bolsa de Bankia, para cargar contra la auditora Deloitte, cuya negativa a firmar las cuentas del banco de 2011 aceleró la marcha de Rato y la nacionalización de la entidad.
El ex consejero de Banco Financiero y de Ahorro, matriz de Bankia, ha dicho no entender como un auditor que conoció y amparó las cuentas de las siete cajas de ahorro, su fusión, la salida a Bolsa de Bankia y su recapitalización cambiase del día a la mañana su criterio contable, según publica la agencia Servimedia, que cita fuentes jurídicas.
Gómez Moreno, según las fuentes jurídicas consultadas, ha dicho tener la sensación de que Deloitte tenía algún tipo de comunicación con el Gobierno. Sobre el desembarco del Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB) que tuvo lugar en mayo pasado y que marcó el inicio de la nacionalización, el exconsejero ha señalado que fue como hacerse el “harakiri” pero explicó que votó a favor porque no había otra opción.
Tras finalizar su declaración, Gómez Moreno ha señalado que se encuentra tranquilo y que “siente” el problema que sufren los afectados por las participaciones preferentes de Bankia.
Por su parte, el exdiputado del PP en las Cortes Valencianas José Rafael García-Fuster ha declarado que la dirección de Bankia envió pocos días antes de conocerse el agujero contable de la entidad un correo institucional con el que trató de desmentir las advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre su solvencia.
Este correo electrónico fue enviado por el secretario del Consejo, Miguel Crespo, el pasado 27 de abril, pocos días antes de que se destapasen las pérdidas de cerca de 3.000 millones de euros, y en él, el equipo directivo aseguraba a los consejeros que los datos contenidos en el informe crítico emitido por el FMI eran absolutamente falsos.
Durante su declaración ante el juez Fernando Andreu, García-Fuster, que ha dado lectura de este e-mail, ha señalado además que tuvo la sensación de que detrás de la reformulación de las cuentas de la entidad de 2011, que pasaron de arrojar un beneficio de 300 millones de euros a unas pérdidas de 3.000 millones, estaban el Gobierno y el Banco de España.
El exconsejero, que llegó a BFA desde Bancaja, ha puntado en ese sentido que apoyó las nuevas cuentas de la entidad porque de lo contrario se pondría en peligro todo el sector financiero español.
Las declaraciones judiciales de los imputados se prolongarán hasta el próximo 20 de diciembre, día en el que tendrá que declarar el expresidente de Bankia y exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato.
