La rueda de prensa de Mariano Rajoy en Génova, en la que salió en defensa de Francisco Camps, copa todas las portadas, en las que también ocupa un lugar destacado el patrimonio de los ministros y del presidente del Gobierno que ha sido publicado en el Boletín Oficial del Estado.
Las explicaciones de Rajoy convencieron a sus incondicionales, esto es La Razón y Abc; y decepcionaron, y mucho, a El País y El Mundo. Para el de Planeta “fueron convincentes y difícilmente rebatibles para quienes sólo busquen la verdad” y aplaude que haya apoyado al presidente de la Generalitat “frente a aquellos que han alentado las desavenencias y las sospechas de traición entre Rajoy y Camps, que nunca existieron más allá de las tensiones propias de situaciones desagradables”. El de Vocento, también considera que Rajoy lo hizo muy bien, aunque Angel Expósito no quiere pecar de ingenuidad y no está tan convencido como Francisco Marhuenda de que se hayan zanjado las tensiones entre Rajoy y Camps, por lo que advierte que “será el paso del tiempo quien determine las consecuencias de la indudable brecha abierta en las relaciones entre Génova y el PP de Valencia”.
En el otro lado de la balanza se coloca El País, para el que hay poca diferencia entre que Rajoy “compareciera como lo hizo o siguiera guardando su ominoso silencio”, y denuncia que tras siete meses rehuyendo a la prensa Rajoy sólo tomó la palabra para “responder con incongruencia” a las preguntas que se le hicieron por el socorrido método de ‘manzanas traigo’. Para Pedrojota Ramírez, Rajoy actuó “como el que tiene un chicle en el zapato y al intentar librarse de él va enganchándose más y más en la trama pegajosa”, al avalar una versión sobre la destitución de Costa “llena de falsedades”. Recuerda al líder del principal partido de la oposición que “pocas conductas provocan tanta vergüenza como que un superior haga pagar sus culpas a un inferior” y advierte que “al abrazarse a Camps asumiendo que todo vale si tienes la perspectiva de ganar las elecciones, Rajoy pierde a raudales credibilidad y autoridad moral como aspirante a presidente del Gobierno”.
