Opinión

Los prestamistas de acciones, más vigilados

Operar con acciones prestadas, ya se sabe, tiene un cierto riesgo para el prestatario de los títulos. Ese pirata a quien odian, con razón o sin ella, las cotizadas y que, por lo común, se dedica a hacer dinero con las apuestas a la baja que realiza sobre la cotización de ciertas compañías. Y si se multiplica el número de facinerosos que actúan coordinadamente, hasta consiguen hundir las cotizaciones de determinadas empresas. Todo legal, desde luego, y permitido, pese a la mala prensa que acarrea. Sólo en algunos momentos históricos, como en los primeros compases de la crisis actual, se ha prohibido esta operativa.

Ahora resulta que los prestamistas de títulos también se muestran favorables a que se regule esta actividad. Son por lo común respetables fondos de pensiones que quieren sacarle una rentabilidad adicional a las acciones que poseen y, aunque cobran la comisión correspondiente, no están a favor de que las acciones de su cliente contribuyan a una depreciación excesiva del valor de los títulos que prestan. Si esto pasa piden sanciones.

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