Los numerosos pretendientes que en un primer momento se mostraron más que dispuestos a hacerse con CCM se retiran poco a poco de la puja, según se hace más claro el ‘agujero’ que la entidad intervenida por el Banco de España (BdE) presenta en sus cuentas, con una morosidad que triplica la media del sector en España.
La más rotunda hasta el momento ha sido Cajasol. La entidad andaluza, de boca de su presidente, Antonio Pulido, descartó la semana pasada que vaya a participar en la puja por CCM, aunque se ha mostrado abierta a participar en otros procesos de integración en España. Otra que se ha echado para atrás, a pesar de que en un primer momento anunció su vocación de participar en el proceso de reestructuración del sector, es Caja Madrid. La entidad, en pleno proceso electoral, negó ayer mismo en la presentación de sus resultados su interés por hacerse con CCM, dado el solapamiento en las redes de oficinas.
Una de las primeras cajas que mostró su intención por hacerse con CCM fue BBK. Pero la entidad matizó en la última intervención de su presidente, Mario Fernández, que la fusión era sólo una posibilidad. Fernández destacó que bajo ningún concepto pondría en peligro los ratios de solvencia de la caja vasca apenas unas horas después de que la entidad intervenida presentase unas pérdidas hasta junio de 139,6 millones de euros, con una morosidad del 17,33%.
Ahora mismo, dos entidades se disputan la ‘pole position’ para hacerse con CCM; Ibercaja, que ya intentó una fusión con la entidad manchega antes de la intervención del BdE, y Cajastur, que cuenta con el apoyo del Gobierno regional y de los empresarios.
