Opinión

Ángeles custodios

Berlusconi llevaba veinte escoltas pero ninguno le sirvió para que no le dieran con la reproducción del “duomo” de Milán en toda la cara. La verdad es que hubiera sido mejor que le atizaran con una barca hecha con palillos de dientes, una de esas de “recuerdo de Benidorm”. La mala leche no repara en daños cuando se propone un fin.

Lo ocurrido al primer ministro italiano lleva a la reflexión de que por muchos escoltas que lleve uno siempre te pueden dar un tartazo, que se lo digan a Bill Gates tan acostumbrado a la cosa virtual aquel día en el que le pusieron la guinda con nata en la punta de la nariz. Los bárbaros nunca han dejado de existir, lo que pasa es que a veces crean bancos, otras se disfrazan como honestos políticos y, en ocasiones, tiran a dar con reproducciones a escala.

En Italia podrían prohibir las figuritas a partir de ahora, pero sería como mandar las ensaimadas de Mallorca a la ilegalidad, no se le puede negar a un turista el derecho a traerse un objeto de su viaje. Eso sí, la autoridad sanitaria italiana puede recomendar que a partir de ahora se fabriquen de gomapespuma, no fuera a ser que el vandalismo se extendiera y se dieran nuevos casos de agresiones fuera de lugar.

Los ángeles custodios trabajan a destajo todos los días, gracias a ellos no ocurren cosas más graves, pero tampoco se les puede pedir ser infalibles, también en su negocio hay negocio para el margen. No es justo echarles la culpa de la puntería que tiene un loco.

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