Internacional

Wall Street consigue una regulación a su medida

La Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC) aprobará esta tarde (hora española) una nueva regulación que obligará a las empresas cotizadas a detallar a sus inversores las pagas que reciben sus empleados. Esta regulación resultará menos estricta de lo que se había anunciado.

La nueva normativa, además de ser más comprensiva con las empresas cotizadas que otra serie de reglas adoptadas sobre sectores específicos, como el de la banca, también ha modificado sus propias bases, que inicialmente iban a afectar a los asesores financieros privados en general.

Sin embargo, la regulación que autorizará esta tarde la SEC sólo impone auditorías sorpresa a los asesores financieros privados que ejerzan de custodios de acciones. Esta serie de medidas pretende combatir las causas de la crisis financiera, en particular los sueldos y las primas de los empleados, y también fraudes como los cometidos por Bernard Madoff, que estuvo durante 20 años estafando a sus clientes.

Aunque en la actualidad, los cinco mayores altos cargos de las empresas ya deben hacer públicos detalles de sus cobros, esta regulación hace extensible ese control a cualquier movimiento de pagos interno que pueda afectar negativamente a la compañía.

En cualquier caso, esta regulación, que se limita a justificar las ganancias de un determinado ejecutivo, nada tiene que ver con las limitaciones de sueldo a los banqueros que recibieron ayuda de la Administración Obama, aprobadas hace unos días.

Esta suavidad en la regulación, que otorga la oportunidad a los banqueros de aprovecharse de ella si devuelven el dinero obtenido por parte del Estado, contrasta frontalmente con las promesas de la clase política hechas hace un año, cuando la sociedad y los expertos apuntaban a la especulación en el sueldo de los máximos responsables de la banca como una de las principales causas de las turbulencias económicas.

Las retribuciones de los banqueros demostraron ser profundamente imprecisas teniendo en cuenta los resultados obtenidos por el sistema financiero, que empezó a peligrar tras la caída del gigante Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008. Tras esta caída, las autoridades se apresuraron a salvar a otras entidades inyectando grandes sumas de dinero otorgado por el Tesoro de EEUU.

La Administración del mandatario estadounidense, Barack Obama, ha puesto una limitación de 500.000 dólares en los sueldos de los directivos de entidades que hayan tenido que ser rescatadas con dinero público. El artífice de este plan es el llamado ‘zar de los sueldos’, de nombre Kenneth R. Feinberg, designado hace unos meses como director de Compensaciones para vigilar las retribuciones de los ejecutivos tras la crisis financiera internacional surgida hace dos años.

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