Opinión

Terapia para la fidelidad

Hay remedios para todo, gracias a Dios. Tiger Woods, que se hizo famoso metiéndola en el hoyo del green, ahora escandaliza al personal, mayormente al puritanismo norteamericano, por su habilidad, o mejor proclividad, a encestar en otros hoyos ajenos a la vida conyugal. Lo cual, buenos disgustos y líos que le está costando. Disfrutó años como un enano con sus aventuras extra matrimoniales, pero todo lo bueno es bueno sólo mientras dura y de pronto el golfista, y también golferas, se ha encontrado que lo suyo terminó. Por lo menos de momento. Ahora, mientras sale a la luz todo lo que la fama y la discreción de la prensa canalla ocultó, intenta salvar in extremis su matrimonio tocado de muerte. Parece que la cosa no va a resultarle fácil. Su mujer, la modelo Elin Nordegren no se caracteriza por sus buenas pulgas y, además, en esta ocasión rebosa de razones para echar chispas. De momento se ha ido de casa con los niños bajo el brazo, y todos los esfuerzos de Tiger para que regrese están resultando inútiles. El está dispuesto a lo que haga falta para que le perdone y ya ha prometido por activa y por pasiva que renunciará a sus juergas y sus canas al aire, que más que canas eran auténticas cabelleras albinas, jura y perjura que han terminado. Es más, en un gesto heroico sin precedente ha anunciado que se someterá a una terapia sexual, o contra sexual, no lo sé, para… vencer las tentaciones, imagino, o propiciar el gatillazo. Esto plantea algunas interrogantes que quizás los psicólogos que se aprestan a tratarle sabrán responder. ¿Cómo se le quita a un buen follador el superávit de ganas? Es decir, no todas las ganas, solamente las que puedan surgir fuera de la cama propia. Porque es evidente que el hecho de que Elin le quiera fiel a su compromiso conyugal no llegará a querer mantenerle casto para los restos. Hay técnicas psicológicas para desalcoholizarse, para abandonar las drogas y para dejar de fumar, pero para restringir la libido a mínimos, debe de ser bastante complicado. Quizás más práctico le sería recuperar la tecnología olvidada del cilicio.

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