La banca británica estudia el desarrollo de sistemas de retribución para sus altos ejecutivos que logren esquivar el impuesto que el Gobierno ha creado especialmente para este colectivo, y que gravará de manera excepcional las primas en el sector bancario que superen las 25.000 libras (unos 27.700 euros) con una tasa del 50% que deberá ser abonada por las entidades y no por los empleados.
Según el diario británico ‘The Guardian’, los planes pasan por crear un complejo sistema de retribución que logre que finalmente los sueldos de los banqueros se graven a un 18%, como actualmente. Estos planes se conocen apenas unas semanas después de que el ministro de Finanzas, Alistair Darling, anunciase este impuesto especial que durará sólo hasta abril.
Las entidades británicas no son las únicas que se enfrentan a esta tasa especial, sino que todos los bancos con presencia en la City se verán afectados. En este sentido, y según publica el ‘Telegraph’ en su edición ‘on line’, James Dimon, consejero delegado del estadounidense JP Morgan, ha enviado una carta al propio Darling advirtiéndole de que la entidad podría plantearse cancelar la inversión prevista de 1.500 millones de libras para sus oficinas centrales en Londres.
Al mismo tiempo que en Reino Unido las entidades intentan esquivar los nuevos impuestos, en EEUU se suceden los escándalos. Según publica ‘The Wall Street Journal’, que cita fuentes cercanas, Anastasia Kelly, consejera general de la aseguradora AIG, recibirá “varios millones” de dólares de indemnización tras haber renunciado a su cargo. Kelly tiene derecho a estos fondos ya que el plan de compensaciones de AIG incluye que ciertos ejecutivos tienen derecho a recibir indemnizaciones a pesar de haber renunciado ellos a su cargo, siempre y cuando hubiesen visto recortar su salario.
Este plan de indemnizaciones fue aprobado por AIG antes del rescate del Estado. La Administración Obama, a través del funcionario de supervisión Kenneth Feinberg, había recortado los sueldos de los ejecutivos de entidades rescatadas hasta los 500.000 dólares, con lo que Kelly se enfrentaba a una reducción salarial que le valida para recibir su indemnización.
Morgan Stanley, que ya ha devuelto las ayudas del Estado, ha anunciado un cambio en su política de retribuciones. Según ‘The Wall Street Journal’, los ejecutivos recibirán una cuarta parte de sus sueldos en efectivo, y el resto en acciones diferidas. Además, un 65% de los salarios se aplazarán, y no se concretará si la entidad registra pérdidas.
