Se barrunta el ministro de Fomento que los escáneres personales llegarán a los aeropuertos españoles. Aquí siempre hemos sido muy partidarios del mirar; las imágenes en el top manta de los pasajeros del vuelo a Valencia, (pongamos por caso), se venderán mucho mejor que una peli de Rambo. Gracias al tráfico ilegal de las imágenes de aeropuertos podremos saber cómo es Camps sin traje, o qué medidas usa Elsa Pataki o si todo se debe a la virtualidad del foto-shop.
Bien mirado igual lo que ha pasado en Irlanda del Norte con la señora Robinson es que le estaba aplicando un escáner individualizado a su amante, de ahí el cansancio que refería el chaval y que tuvo que esgrimir para no acabar agotado. Una cosa es darlo todo por la patria y otra morir en brazos de la mujer del primer ministro porque a la buena señora no haya manera de calmarla ni con la lectura del libro de cuentos de Ana Botella que barrunta coñazo y moralina.
Lo que nos podemos preguntar es si también hay que sonreír a la maquinita cuando pasamos igual que se hace en los fotomatones de estación. Hay detalles que son importantes pero que todavía no nos han sido revelados, así como si habrá un concurso de Miss Escáner presidido por Luís María Anson, de la Real Academia.
Los hay que desean que Zapatero pierda el poder cuánto antes para verle pasar por una máquina de ésas con los brazos en alto y las cejas menos góticas. Atentos porque llega la máquina de las pelotas, (en cuanto a que nos sacará desnudos, sin guión).
