Hoy me he levantado ‘romanticona’. Todavía queda un mes para San Valentín pero no he podido resistirme a algunas de las historias de amor que cuentan en la red. Hay una, por ejemplo, que recuerda mucho a los cuentos de Blancanieves o La Bella Durmiente, ya que trata de una mujer que volvió del coma tras un beso de su esposo. La protagonista es Emma Ray, una joven madre de familia del condado inglés de Shropshire que quedó en coma hace dos años, tras dar a luz a su segundo hijo, y que volvió a la vida tras recibir el amor de su marido, que no perdió la esperanza a pesar de las malas previsiones de los médicos.
Otra historia, ésta más propia de una comedia romántica al más puro estilo de Hollywood, es la de una pareja que se ha casado en el supermercado de Miami donde se vieron por primera vez. Los flamantes esposos, ella de 67 años y el de 75, se conocieron un día de lluvia cuando ella, Fina, se ofreció acompañarle a él, Jack, al coche con su paraguas. El caballero le agradeció el detalle con un almuerzo, después vino el romance y tras siete meses, la original boda en el súper.
Dejamos la guinda para el final, un caso de amor eterno de esos de hasta que la muerte os separe. Se trata de una pareja turca que ha batido todos los récords tras 90 años de matrimonio. Tienen 112 y 110 años, que ahí es nada, pero lo más curioso es que el hijo menor, de 60 tacos, aún vive con los padres. Debe ser que el hogar rezuma amor, con lo que el vástago se resiste a emanciparse. Comprensible.
