Opinión

Victoria Beckham arrima el hombro

Victoria Beckham debe de tener sus cosas, como todos y todas, pero para mí que debe de ser una buena chica. Una chica pelín caprichosa, histriónica como ella sola, pero con mala suerte porque si no fuese tan pija como es ya hubiese sido proclamada reina mundial del pijoterío andante, que todavía no ha logrado. Y es que ella lo sobrepasa todo cuando de pijoterío se trata. Sus gestos caen a menudo en el ostracismo. El otro día, por ejemplo, se fue de compras por las boutiques de Milán y en una tarde, agotadora me imagino para una muchacha tan magra de carnes, gastó 350.000 euros en zapatos -veinte pares para acabar el invierno-, trapitos, bolsos, cinturones, braguitas, sujetadores y… muy poco más. ¡Ah, un rolex! Porque bien mirado 350.000 euros, con un rolex por el medio, tampoco dan para tanto. Se le van a uno de las manos en un abrir y cerrar de ojos. Y más en Milán, que es una plaza muy encarecida últimamente por las amantes de Berlusconi. Hubo quien se echó las manos a cabeza, tal vez algún parado en su desesperación buscando trabajo, ante el despilfarrote la Beckham. Pero Victoria, que aparte de pija es lista, le salió al paso con un argumento contundente: «Así ayudo a la economía a levantarse». Y bien mirado, pues sí, el ejemplo de derroche que dejó a su paso fue malo pero los efectos serán buenos. Si las compras las hubiese efectuado en Madrid, les habría salvado la cuesta de enero a unas cuantas tiendas de Serrano, pero a ella Madrid no le gusta: le parece una capital pueblerina donde además su marido dio mucho que hablar. En cuanto se ausentaba unos días para tomar el té en Londres, los cuernos empezaban a brotarle por detrás de las orejas cual soñados brotes en la recuperación de la crisis. Con todo, aquí lo que conviene es que el ejemplo cunda. Que cada cual gaste esta tarde 350.000 del ala en las necesidades más urgentes y ya veremos como el comercio de la ciudad resurge de sus cenizas como por arte de magia.

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