Opinión

Juegos de invierno

Las encuestas publicadas en referencia al debate de ayer en el Congreso dicen que cerca del 70 por ciento de la población no lo siguió. Si el debate llega a ser un programa de televisión lo habrían eliminado por falta de ‘share’, así que o Rajoy y Zapatero hacen “edredoning’”con susurros o estas peleas ficticias tienen poco futuro.

Zapatero y Rajoy quedan para dejar claro que no tienen nada que pactar, pero como les decía Rosa Díez bien que se ponen de acuerdo para salvar a los bancos, en diez minutos y por teléfono. Una solución sería que mutáramos de persona en cajeros automáticos porque eso daría una cierta estabilidad económica a los españoles. Lo de ayer en casa Bono fue, otra vez más, la reposición de una zarzuela que tenemos muy cantada, otra pérdida de tiempo, una edición más de los Juegos de invierno, (allí que saltaban Zapatero y Rajoy desde la rampa de la pista nevada a ver quién llegaba más lejos).

Da la impresión de que era la bronca entre un sordo y un cabezota, dos tipos tan alejados de la realidad como desafinados en el tono. Ni siquiera era el debate de las dos españas porque sería algo ideológico, cualidad que no se vio en ninguna parte del pleno.

Si descontamos la cantidad de altos cargos y de subsecretarios que siguieron las intervenciones con interés, nos queda un pírrico porcentaje de personas que prestaron atención a sus palabras. Póngale a eso el IVA, quítenle el IRPF y queda una porquería de debate, para qué vamos a engañarnos.

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