El nuevo escándalo que ha sacudido al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, con la disolución de la aseguradora de Marsans, ha vuelto a sembrar las dudas sobre su legitimidad para seguir al frente de la patronal. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, afirmó esta mañana que sigue reconociéndolo como presidente de la CEOE, le ve legitimado para el cargo en tanto en cuanto es el elegido por los empresarios.
Aunque no lo tiene tan claro sobre su representatividad. “El señor Díaz Ferrán está elegido por los empresarios y mientras sea el representante de los empresarios, nosotros lo reconocemos como tal”, ha manifestado Salgado. No obstante, preguntada sobre si el Ejecutivo le considera “representativo” del empresariado ha sido más tibia: “Representativo no lo sé; es a quien han elegido los empresarios”.
Mucho más crítico ha sido el homólogo de Díaz Ferrán al frente del Instituto de Empresa Familia (IEM), Simón Pedro Barceló. “Si nuestra empresa entrara en concurso habría sido dado de baja del IEM y por lo tanto no sería presidente” del organismo, ha asegurado tras recordar que los estatutos de su organización exigen la dimisión en estos casos.
Siguiendo con el Gobierno, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha señalado que la decisión de disolver la aseguradora Mercurio debe ser “respetada” y “no dramatizada”.
Sin embargo, no todo son críticas para el presidente de la CEOE . Su homólogo en la Cámara de Comercio de Madrid, Salvador Santos Campano, afirmó que Díaz Ferrán “es el mejor presidente que puede tener la patronal de empresarios porque sabe lo que hay que hacer, ya que él mismo está sufriendo las consecuencias de esta crisis. Ha sido atacado por todos los sitios. El Gobierno argentino le ha tratado muy mal y no le ha pagado lo que le debían. Tampoco ha tenido el apoyo del Gobierno español”.
