El Estado portugués ha realizado hoy una emisión de bonos en la que la deuda con vencimiento a diez años se colocó a una rentabilidad mayor de la prevista y que superó la de anteriores subastas. No obstante, los bonos colocados con vencimiento a dos años mejoraron las expectativas.
Los inversores no se fían del largo plazo luso, aunque el Tesoro portugués lo intenta. Los bonos con vencimiento a 10 años se colocaron con una rentabilidad del 4,340% respecto al 4,171% que lograron los papeles de la última emisión. La deuda a dos años se colocó, por su parte, con una rentabilidad promedio de 1,715%, que supone una mejora sobre la emisión anterior, cuando estos papeles salieron al mercado con una rentabilidad del 2,708%. La deuda a 10 años recaudó 1.195 millones, mientras que la de dos años reportó 805 millones de dólares: 2.000 millones de dólares en total.
La cifra total es superior a la que logró ayer el Estado heleno con su emisión a corto plazo. El Tesoro de Grecia colocó ayer 1.560 millones de euros en bonos a seis y 12 meses a una rentabilidad superior a la de la anterior emisión, celebrada en enero. Según los expertos consultados por EL BOLETÍN, las autoridades del país directamente evitan intentar una colocación a largo plazo. “No la podrían vender, nadie sabe dónde estará Grecia en 10 años”, afirmó Marc Von Rohr, fundador del ‘hedge fund’ suizo New Trend Capital Management, a este medio.
La emisión de hoy realizada por Portugal parece indicar un sentimiento parecido -salvando las distancias- al que envuelve las finanzas helenas. El Tesoro luso ha logrado colocar deuda a 10 años, pero con una rentabilidad mayor de la esperada. En todo caso, es probable que la advertencia de Bruselas haya condicionado el ánimo del mercado.
La Comisión Europea (CE) ha sido tajante: “El programa de estabilidad portugués es ambicioso y bastante concreto para los años 2011-2013, pero podrían ser necesarias más medidas de consolidación fiscal, especialmente para este año, si los riesgos macroeconómicos y fiscales se materializan”, dijo hoy el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn. La CE teme que el crecimiento de la economía portuguesa no alcance las previsiones del Gobierno luso.
Por su parte, la rentabilidad del bono a diez años español se situó en el 3,86%, por debajo del 4,2% que llegó a rozar a comienzos de 2010. Esto parece indicar que los especuladores financieros han abandonado los ataques que fomentaron desde diciembre de 2009, permitiendo que la rentabilidad de la deuda española se ubique, en ocasiones, por debajo de la estadounidense, que llegó a ser el principal referente del mercado junto al `bund´ alemán.
