Economía

Nueva Rumasa ‘cambia’ la publicidad de sus pagarés tras la nueva advertencia de la CNMV

Un día después de que la CNMV lanzase una nueva advertencia sobre los pagarés de Nueva Rumasa, la compañía ha adaptado la campaña publicitaria de su última emisión al Real Decreto que entró en vigor el 14 de abril y que exige que las emisiones al público y con publicidad cuenten con un intermediario.

En el ABC de hoy, en su edición impresa, se podía apreciar un cambio en los anuncios. Ya no hay una mención explícita a los polémicos pagarés, sólo se reflejan los logros de las compañías del grupo. Aunque, lo cierto es que, aparecen los mismos contactos (número de teléfono y correos electrónicos).

Este diario ha consultado esas fuentes de información y vía telefónica aseguran sin problemas que es para los famosos pagarés. Al ser preguntados por qué no hacen mención de los mismos han afirmado que supuestamente venía un encarte adjunto en el que se detallaba. Casualmente, ese encarte no había llegado ni siquiera a muchos quioscos. Los portavoces de prensa no se encontraban disponibles en todo el día.

Este cambio en la estrategia publicitaria se produce un día después de que la CNMV se viese obligada a dar un nuevo toque de atención a Nueva Rumasa. Ayer, sobre las siete de la tarde, el regulador bursátil advirtió a los potenciales inversores interesados en los pagarés de que sólo deben cursar órdenes de suscripción de tales valores a través de intermediarios financieros “debidamente acreditados”. El organismo recordó que el Real Decreto modifica la Ley del Mercado de Valores (LMV) para exigir que en las colocaciones de emisiones consideradas no públicas, que estén dirigidas al público en general empleando cualquier forma de comunicación publicitaria, debe intervenir una entidad autorizada para prestar servicios de inversión.

La CNMV explicó que las entidades autorizadas que intervengan en la comercialización (empresas de servicios de inversión o entidades de crédito) estarán sujetas a las normas de conducta recogidas en la LMV, entre otras, obligaciones de diligencia y transparencia, información a la clientela, así como de evaluación de la conveniencia o idoneidad de la inversión. “El intermediario financiero que intervenga en la suscripción de los valores será responsable de que la información facilitada a sus clientes, o potenciales clientes, sea imparcial, clara y no engañosa”, advirtió el supervisor.

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