Opinión

A Burgos

Blanco me cae bien porque se ha convertido en el doctor House de la política nacional: cuenta lo que los demás no se atreven a decir pero lo que todo el mundo esperaría escuchar. Hasta que él llegó el Ministerio de Fomento era un patio trasero de la política en el que los ministros, y ministras, contaban poco en las grandes decisiones. Lo de Blanco tiene mucho mérito porque se ha hecho un curso acelerado de general de Bonaparte partiendo de unas vías del tren.

Lo último es que quiere suprimir algunas líneas porque no son rentables, y para no tocar la anchoa a Revilla, (que anda muy tocapelotas con el AVE a Santander), ha dicho que no tiene sentido mantener un tren diario Madrid-Burgos cuando habitualmente viajan cuatro personas. Palabras que, inmediatamente, han provocado la reacción airada de esas cuatro personas más sus correspondientes familias porque no están dispuestos a ir a Burgos como el que hace el Camino de Santiago. Hasta es posible que Blanco se esté planteando poner pistas de atletismo en las vías del AVE que va a dejar de funcionar porque los recortes también llegarán a RENFE que es el último “misterio-pirámide” oficial que se mantiene con categoría de monopolio. Si usted tiene un problema con un billete es mejor que se arroje a las vías antes que esperar algo de su servicio de “desatención” al cliente que funciona a las mil perrerías.

Este Blanco de renovada factura nos puede dar grandes satisfacciones, eso sí con algunos recortes. La cuestión es no tener que ir a Burgos en tren porque igual tienes que empujar la máquina

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