Opinión

Es la debilidad del euro, no el poderío tecnológico alemán

Angela Merkel lo niega todo. Alemania no exporta más que los demás países gracias a que la debilidad del euro le haya servido de tarjeta de presentación a sus empresas para asomarse a Asia. Es el poder tecnológico de sus compañías, su capacidad de innovación y su productividad lo que produce el milagro. ¿Creerá de verdad en este discurso? Tal vez sí. Sus orígenes en la Alemania Democrática pueden haberle hecho sublimar en exceso el supuesto paraíso que iba a encontrar en la República Federal en la que no gobernaba el comunismo.

Pero sí es así la única política de su propio Gobierno que cree en esta Arcadia, tal vez inexistente. Y es más difícil que crea también que la reducida rentabilidad del bono alemán se debe a la confianza de los inversores en un país que, como ha recordado Felipe González, ha destinado 430.000 millones a sanear sus sistema bancario y aún no ha dado ni una sola explicación del proceso ni sobre el estado de salud actual de su sistema financiero intervenido, en el que reina Joseff Akerman, que ha mantenido su cargos de presidente del Deustche Bank y de la gran patronal bancaria internacional.

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