Internacional

Alemania empieza a pagar la factura de la opacidad bancaria

Lenta, pero inexorablemente, la rentabilidad de la deuda alemana a diez años parece haber emprendido una escalada que aleja el dato de los mínimos en los que se había situado este mismo año. Para algunos analistas, las reticencias del Gobierno de Merkel a suministrar los datos de las pruebas de resistencia de sus bancos se relacionan directamente con este toque de atención de los mercados que aún es leve, desde luego.

La cifra ya había experimentado un cierto crecimiento a mediados de junio, pero volvió a relajarse luego. En parte a causa de la estrategia de los especuladores que, en aquel momento, aún creían poder sacar partido del ‘cuanto peor mejor’.

Pero, el órdago del Banco de España y la aceleración de la reestructuración del sistema financiero español, junto a la pérdida de la credibilidad que ha experimentado la política económica de Merkel han truncado la placidez con la que Alemania conseguía financiar su déficit. Siempre mejor, mientras más dificultades experimentaran sus socios europeos.

Mientras, el Gobierno de coalición de Angela Merkel discute qué medidas llevar a cabo para reducir la carga de la deuda contraída por el país después de que los esfuerzos realizados para estimular la economía llevaran a pedir préstamos que se elevan a cifras récord de más de 80.000 millones de nueva deuda sólo durante el último año.

Además, el Gobierno de Merkel ha perdido mucha popularidad desde las elecciones generales de septiembre, por lo que los expertos apuntan a que el Gobierno alemán está ahora en una situación demasiado débil como para realizar recortes demasiado fuertes en el gasto público.

Pero, aún así hay expertos que animan al Gobierno alemán a seguir en esa línea. El director del Instituto de Investigación Económica Ifo de Alemania, Kai Carstensen, ha afirmado que la recuperación del país germano se ha ralentizado después de que el segundo trimestre fuera especialmente bueno. Para paliar este decaimiento, Carstensen ha urgido al Gobierno a que rebaje los subsidios sociales para poder bajar así los impuestos, tal y como prometió Angela Merkel durante su campaña.

El director del Ifo alemán ha señalado que los datos del segundo cuatrimestre del año van a suponer una agradable sorpresa para la economía del país, pero también ha querido recalcar que la crisis todavía no ha pasado. “La recuperación puede perder el ritmo, tal y como ha quedado reflejado en los últimos indicadores” ha advertido el director del Ifo.

Otro factor importante es la nueva vitalidad que muestra la moneda única que empieza a remontar posiciones frente al dólar estadounidense y sitúa ya su cambio cerca de las 1,30 unidades por billete verde. Esta circunstancia, que resulta negativa para las exportaciones germanas, podría mantenerse al menos un trimestre, según algunos expertos. Entre otros motivos porque resulta un tanto complicado mantener ahora la teoría de que la moneda única está en peligro.

Muchos analistas parecen dispuestos a cambiar su percepción sobre los resultados conseguidos en el Banco Central Europeo (BCE), bajo la presidencia de Jean Claude Trichet. Quizá uno de sus últimos servicios a la causa del euro sea el hecho de que se reunirá el próximo 21 de julio con representantes de los principales bancos europeos para discutir los resultados de las pruebas de fortaleza financiera a la banca que se realizarán en el Viejo Continente.

La reunión, que tendrá lugar en el seno del BCE en Francfort, se producirá apenas dos días antes de que se publiquen estos ‘test de estrés’, lo que tendría que suceder el día 23 de julio. Durante la reunión, se discutirán los resultados y las consecuencias de las pruebas de resistencia, y se considerará si alguna entidad necesita ser recapitalizada. No es inusual que Trichet se reúna con representantes de los grandes bancos del país.

De hecho, mantiene un “diálogo informal” una o dos veces al año. Sin embargo, la cercanía de la publicación de los resultados pone de relieve este encuentro. También, el hecho, de que la canciller, Angela Merkel, sólo pareció aceptar como inevitables estas pruebas después de que Trichet anunciara que esta reunión iba a celebrarse.

Más información