Los responsables de la prensa ‘on line’ se mantienen desde hace unos años a la caza y captura de un modelo de negocio que les permita cobrar por las informaciones que suministran, sobre todo, cuando la caída de la inversión publicitaria y la proliferación de los blogs parecen haber puesto de manifiesto que con sólo una fuente de ingresos la supervivencia no está asegurada. La última idea son las web de pago social.
La idea es simple y, como suele suceder siempre en Internet se trata de ‘traducir’ al mundo tecnológico conceptos que han funcionado alguna vez en la realidad. En este caso sería algo así como las antiguas peñas de lectores.
Ese es más o menos el aliento que ha sustentado la puesta en marcha de varios proyectos, en especial Kachingle y Flattr, las últimas webs de moda en las que se intenta introducir y convertir en rentable el concepto del pago social.
La idea, por ahora, se extiende sobre todo entre medios muy especializados cuyo tamaño no es excesivo y supone un órdago, desde este punto de vista a otros sistemas pensados para perpetuar la ‘gratuidad’ de la red como el Ad Sense de Google, por el que los blogs o las webs adscritas reciben una pequeña cantidad por click registrado.
Además, se intenta incorporar, al menos en parte, la ideología de los primeros tiempos, en los que las donaciones no eran extrañas. Estas web proponen una forma de ‘subvencionar’ el trabajo de sus autores que va más allá de los conceptos de la circulación viral o la simple promoción que permitiría que la publicidad llegara luego.
La fundadora de Kachingle, de momento líder en el sector, es Cynthia Typaldos, emprendedora de la red desde hace tres lustros que trabajó en Sun Microsystems. I did my first startup called GolfWeb in 1995. En su opinión, contra la creencia general, los internautas, sí estarían dispuestos a pagar por muchas cosas para asegurarse de la supervivencia de determinadas productoras de contenidos muy especializados que ofrecen información difícil de encontrar.
Para algunos expertos, el sistema puede funcionar como una posición intermedia entre las barreras de pago que muchos medios tradicionales intentan recuperar ahora en sus ediciones ‘on line’ y el ‘gratis total’ que todavía domina en la mayor parte la oferta informativa de la red.
El mercado de la innovación por excelencia se mantiene en cifras negativas en lo que va de año (ver gráfico). Para algunos analistas, el problema sería una estabilización de las propuestas y la falta de nuevas respuestas, distintas de la captación de publicidad, para asegurar modelos de negocio. Algunas ideas como el viejo estilo Ebay, de cobrar comisiones por asegurar operaciones entre usuarios, se ven condicionadas por la irrupción de las redes sociales. Otros modelos, no han despegado.
