El Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid ha ordenado el embargo preventivo de parte de los bienes de Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual por “graves irregularidades” en Air Comet, aerolínea para la que solicitaron concurso de acreedores el pasado mes de diciembre. En un auto firmado el pasado 3 de agosto, el juez Javier Yáñez señala que hay indicios de que ambos sean declarados culpables de haber llevado a la compañía a la insolvencia y advierte de un “desbalance en el patrimonio de la concursada que impedirá satisfacer” las deudas con los más de 24.000 acreedores.
El juez cifra en 37,64 millones de euros los bienes embargados, una cantidad destinada a hacer frente a las posibles responsabilidades derivadas del proceso por insolvencia de la aerolínea.
El auto contempla la posibilidad de que el delito sea doloso al estimar, según informa El País, que Air Comet ya se encontraba en situación de insolvencia antes de solicitar el concurso de acreedores.
Cuando la aerolínea se declaró insolvente el pasado mes de abril, presentó ante el Juzgado una documentación que reflejaba que sus activos ascendían a 84,5 millones de euros, frente a un pasivo de 310,4 millones de euros.
Air Comet fue la primera compañía de Díaz Ferrán que cayó. En marzo, el Ministerio de Economía disolvió Seguros Mercurio por su «grave situación patrimonial y de liquidez». Tras la aseguradora le tocó el turno a Viajes Marsans, cuya difícil situación financiera llevó a Díaz Ferrán y a Pascual a venderla a mediados de junio al empresario Ángel del Cabo, experto en reflotar empresas en quiebra.
La delicada situación de las empresas de Díaz Ferrán debilitó su liderazgo al frente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en un momento en el que se encontraba negociando con el Gobierno la reforma laboral. Algunas patronales autonómicas llegaron a pedir su dimisión, especialmente Jesús Bárcenas. La salida de éste último de la Presidencia de Cepyme, tras unas elecciones internas en las que ganó el candidato de Ferrán, Jesús Terciado, el ambiente se calmó. Una situación que podría cambiar si al ex propietario de Marsans se le declara culpable.
