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El asunto que ha mandado hoy en las tertulias ha sido la pue

El asunto que ha mandado hoy en las tertulias ha sido la puesta en libertad de los dos cooperantes catalanes secuestrados hace nueve meses por la rama magrebí de Al Qaeda. En la COPE, Antonio Martín Beaumont señaló la similitud de este caso con el del secuestro del Alakrana por piratas somalíes. Indicó, no obstante, que hoy nos debemos alegrar por la liberación de estas dos personas, aunque añadió que ante el terrorismo, los estados tienen dos posibilidades: o pagar directa o indirectamente o no plegarse al chantaje, como hicieron Reino Unido y Francia en casos similares. Para este tertuliano el problema con España es que se ha lanzado el mensaje de que los terroristas pueden secuestrar porque el Gobierno paga. Francisco Marhuenda sostiene que hay varios dilemas éticos en este asunto. Por un lado crea un precedente, por otro, el dinero que se emplea en pagar el rescate sirve para costear acciones similares y para matar gente. Además, el directo de La Razón apuntó que la resolución de este conflicto tiene sus derivadas en el ámbito nacional y preguntó por qué no se hizo en el caso de Miguel Ángel Blanco y ahora sí, lo cual, en su opinión, es preocupante. Martín Beaumont estuvo de acuerdo en que estos rescates crean precedentea, y en particular para el caso de ETA. Además, Marhuenda señaló que se debería lanzar un mensaje a las ONG para que no viajen a sitios de este tipo y operen a través de organizaciones locales.

En parecidos términos transcurrió el debate en Onda Cero, donde los tertulianos expresaron su preocupación por el hecho de que el dinero que se paga a estos terroristas sirve para financiar otras actuaciones delictivas. FInalmente, en la SER y a pesar de estar todos de acuerdo en que la liberación es una buena noticia, Eduardo San Martín y Enrique Gil Calvo han protagonizado un enfrentamiento al no compartir la opinión sobre lo que habría que hacer en estos casos. La polémica se ha centrado en si habría que tratar de rescatar a los secuestrados o esperar a que los liberen. San Martín era partidario de la primera opción, mientras que Gil Calvo discrepaba abiertamente.

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