El obispo electo de Bilbao, Mario Iceta, ha rechazado la posibilidad de que se produzca un cisma en la Iglesia vasca con motivo de las críticas que han levantado los últimos nombramientos adoptados por la Conferencia Episcopal que preside Antonio María Rouco Varela.
En su primera entrevista tras su nombramiento como sustituto de Ricardo Blázquez, Iceta, en Radio Euskadi, restó importancia al descontento surgido entre los sectores eclesiásticos más cercanos al nacionalismo vasco por el nombramiento del propio Iceta y del obispo de San Sebastián, Ignacio Munilla, aunque reconoció que en esa comunidad conviven “diferentes sensibilidades y movimientos”.
La Iglesia es “una sinfonía en la que no todos son violines o trompetas, pero como sinfonía debe sonar de forma conjunta”, señaló al respecto. El prelado recordó que el sistema de elección de la Conferencia Episcopal puede ser imperfecto, pero es el mismo para todas las iglesias españolas.
Preguntado sobre el último comunicado de ETA en el que se anuncia el “cese de las acciones armadas ofensivas”, Iceta pidió “prudencia”, pero también “esperanza” ante la posibilidad de que el terrorismo desaparezca.
En este objetivo, apuntó que la Iglesia debe “fomentar una cultura de paz y sosiego en la sociedad”, pero rechazó que la institución ejerza de mediadora en un hipotético proceso de paz. Así, Iceta reconoció no tener un profundo conocimiento al respecto y aseguró que nadie le ha pedido que haga de mediador. Iceta no dejó pasar la oportunidad para mandar un mensaje a la banda terrorista para que abandone la violencia.
Iceta, que tomará posesión del cargo el 11 de octubre en la catedral de Santiago, en Bilbao, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Begoña, concluyó que “servimos al bien común pero desde perspectivas distintas”, aclarando que la labor de la Iglesia “siempre tiene que ser pastoral”.
