Internacional

Jubilaciones en peligro

El mayor fondo de pensiones nipón se enfrenta a unos años complicados en los que los compromisos de pago con sus partícipes superan el volumen de los activos que gestiona. Estos fondos, de capitalización individual, se enfrentan a un desfase que ya tienen sus homónimos estadounidenses, donde el problema es mayor. Las gestoras niponas piden al Gobierno invertir en mercados de riesgo.

El Fondo de Pensiones de Japón se enfrenta a un problema de desfase a la hora de hacer frente a sus pagos. La cantidad que deben abonar en los próximos años supera el activo que el fondo gestiona. Estos fondos de pensiones, de capitalización individual, se emiten a través de una deuda gubernamental con una rentabilidad que ronda el 1%, por lo que las gestoras piden que el Gobierno permita invertir el dinero de la jubilación en acciones con mayor riesgo, que pueden ofrecer una mayor rentabilidad.

Estos fondos son, al igual que sucede en EEUU, de capitalización individual. Con este funcionamiento, es la misma persona la que invierte su dinero de cara a su jubilación. Es decir, no funcionan a través de la Seguridad Social como ocurre en España, sino que se erigía como la alternativa a la posible quiebra de la misma.

El problema resulta ser de mayor calado en EEUU. En este país los fondos de pensiones se enfrentan a una quiebra técnica, con un déficit total de casi 10 billones de dólares (7,65 billones de euros), lo que representa el PIB español multiplicado por diez.

Esta cifra se reparte en dos fondos. Por un lado, el de la gestora californiana Calpers, que debe un total de tres billones de dólares (2,29 billones de euros) para cumplir con sus beneficios estimados. Por otra parte, el fondo 401(k) tiene que cumplir con un desfase de 6,6 billones de dólares (5,05 billones de euros).

El déficit del fondo de jubilación asciende a cerca de 90.000 dólares (68.017 euros) por hogar si se consideran los 72 millones de hogares en el que viven personas con edades comprendidas entre los 32 y los 64 años.

Y es que cuando los fondos realizaron sus inversiones estimaron que sus beneficios serían del 8% anual, lo que supondría que de cada 100 dólares (76 euros) invertidos, al cabo de una década recogería 180 dólares (137 euros). Pero la realidad ha sido muy distinta, teniendo en cuenta que el índice S&P, que ha perdido un 8,1% de su valor en los últimos diez años, cuando desde 1971 se revalorizaba 13,65% al año.

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