Economía

ACS fracasa en su intento de abrir una vía al diálogo con los trabajadores de Hochtief

Los sindicatos de Hochtief, que han logrado involucrar parcialmente a la clase política alemana en la resistencia que la compañía mantiene ante la OPA de ACS, han rechazado la posibilidad de iniciar conversaciones con la empresa española. La proposición llegó en forma de carta enviada por el director general corporativo de ACS, Ángel García Altozano, según ha confirmado un portavoz del grupo constructor español a EL BOLETÍN.

Según este portavoz, la misiva, redactada en inglés y enviada esta misma semana, “repetía el mensaje que siempre hemos mantenido, y que no es otro que el de estar abiertos al diálogo con las partes de Hochtief”. Además, el documento remitido a los trabajadores del grupo teutón volvía a informar, una vez más, de que las intenciones de ACS son amistosas al no pretender “romper la estructura actual” de la alemana. Sin embargo, el portavoz de los trabajadores de la empresa germana, Siegfried Müller, ha asegurado en declaraciones a la prensa local que “la postura de ambas partes es clara, y mantener ahora mismo unas conversaciones no va a llevar a nada”.

Müller no había contestado a la llamada de este diario al cierre de edición, y un portavoz de Hochtief declinó hacer comentarios al ser requerido alegando que ese asunto “sólo compete a los sindicatos”.

En la sede de ACS en Madrid la reacción negativa de los trabajadores de Hochtief no ha sorprendido demasiado dada la animadversión que el anuncio de su OPA -que pretende incrementar su participación desde el 29,9% actual por encima del 50%- ha generado en Alemania ante el temor de que se pierdan “puestos de trabajo alemanes”, según el argumento del principal partido de la oposición en el país, el SPD (socialdemócratas).

En cualquier caso, desde la constructora de los March afirman haberse mantenido siempre “abiertos al diálogo” y fieles a la idea de que en Hochtief no cambiará nada. Pero esta es una opinión que no comparten varios expertos del sector consultados por este periódico, los cuales argumentan, en consenso, que “no tiene ningún sentido” adquirir una empresa para no cambiar nada. “Aunque sean alteraciones mínimas, como por ejemplo introducir en cada departamento de Hochtief alguien que maneje el castellano, pero cambios tiene que haber sin lugar a dudas”, aseguraba una persona familiarizada con este tipo de operaciones.

La intención de ACS de ‘ganarse’ a los trabajadores del grupo constructor alemán tiene un sentido estratégico. La española ha visto cómo parte de la clase política germana, y principalmente el partido socialdemócrata, se han posicionado en contra de sus pretensiones. Aunque la coalición del Gobierno -formada por la CDU de la canciller Angela Merkel y los liberales- ha repetido en varias ocasiones que no se van a inmiscuir en un asunto de carácter corporativo, la presión del principal partido de la oposición ha puesto una presión probablemente inesperada en la compañía que dirige Florentino Pérez.

En declaraciones exclusivas a EL BOLETÍN en octubre, el ministro de Economía de Renania del Norte – Westfalia, Harry Voigtsberger, socialdemócrata, pedía al Gobierno alemán su intervención si ACS ponía en peligro los puestos de trabajo alemanes.

Desde que el pasado 16 de septiembre ACS anunciase su intención de lanzar una OPA por el 100% de Hochtief, las cartas han sido el principal vehículo de comunicación utilizado por ambas partes. El grupo español ha enviado, desde esa fecha, diversas cartas a representantes políticos, empresarios, clientes de Hochtief y, ahora, a los sindicatos, explicando sus intenciones y pidiendo su colaboración para que la operación tenga éxito. En el otro lado de la barrera, los trabajadores del grupo germano enviaron una carta a la embajada de España en Berlín explicando sus quejas.

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