Hace apenas siete días, los medios de comunicación internacionales, nacionales y el sector más locuaz de la especulación financiera internacional aprovecharon un informe de Moody´s en el que se anunciaba la puesta en revisión de las calificaciones de solvencia de España para montar, sin arriesgar mucho en el intento, un gran castillo de fuegos artificiales en la misma semana en la que se celebraba el último Consejo Europeo del año.
En esta ocasión, la refinanciación de la deuda autonómica en 2011, cifrada por la agencia en 30.000 millones de euros, era el gran problema que podía comprometer la capacidad del Tesoro español de hacer frente a sus compromisos de pago. Algunos observadores esperan con gran expectación la próxima exigencia de los mercados, el próximo rumor, la siguiente cifra que será utilizada como principio generador de la absoluta necesidad de que España sea rescatada, de ese huracán que derribará por fin el euro. Ese es en realidad, el único objetivo.
