El presidente de EEUU, Barack Obama, utilizó ayer su discurso sobre el Estado de la Unión para instar al pueblo norteamericano a afrontar los retos que impone la competencia global. Obama propuso hacer frente a dichos retos a través de lo que llamó una agenda de competitividad, que incluye propuestas tradicionales demócratas como el aumento del gasto en educación e infraestructura, junto con otras medidas más próximas a los republicanos, que están exigiendo profundos recortes en el presupuesto público.
El presidente admitió que el país necesita recortar gatos para hacer frente a su creciente déficit presupuestario, pero, por otro lado, afirmó que no podía permitirse el lujo de eliminar los nuevos programas que impulsan la competitividad dentro de EEUU.
Obama también habló sobre aquellas áreas en las que podría haber una potencial cooperación entre los partidos, como un toque de atención para reescribir el código del impuesto de sociedades.
Obama respondió a las peticiones republicanas para recortar el gasto público con una propuesta mucho más modesta de congelación de una parte del gasto público durante cinco años. Los principales objetivos de su discurso fueron la recuperación de la iniciativa política después de las pérdidas devastadoras de su partido en noviembre y e inspirar a una nación preocupada.
