Las filas republicanas consiguieron una victoria histórica en las últimas elecciones legislativas estadounidenses y, sin embargo, el pesimismo parece haberse apoderado de los altos cargos del partido. El problema, que en estos días relatan con profundidad los bloggeros especializados, parece residir en que no cuentan a estas alturas con ningún candidato presidencial fiable. De hecho, sólo Sarah Palin, la musa del Tea Party parece una aspirante segura.
Sin embargo, hasta sus partidarios más radicales tienen serías dudas de que pudiera derrotar a Obama. Sobre todo tras el giro centrista de éste y la evidente imagen de división de los conservadores provocada por el Tea Party. Hasta ellos querrían volver a cobijarse bajo las alas de otro líder a quien obligaran a adoptar parte de su agenda política para no quemar a Palin demasiado pronto. Pero no aparece nadie y ya se sabe que Michael Bloomberg, el millonario alcalde de Nueva York no quiere llegar a acuerdos con ellos.
