Opinión

El problema Gadafi

Gadafi con un paraguas sentado en un carricoche es el final penoso de un ciclo, es el final de esos dictadores que hemos consentido porque nunca se ha pensando que África fuera un continente que mereciera los derechos humanos. De ahí el pasmo de Bruselas, de la baronesa Asthon y de la cuerda de inútiles que se han tragado hechos graves como si fueran una película que afecta a otros.

Primero Túnez, luego Egipto y ahora Libia. Los servicios de inteligencia les han debido coger con el móvil apagado o fuera de cobertura porque no han estado a la altura de las circunstancias. De repente Bruselas y Washington se han dado cuenta de que la población de esos países es joven pero no tiene futuro y que la riqueza está en manos de unos sátrapas a los que hemos tenido como aliados hasta hace dos días. Ben Alí perteneció a la internacional socialista, igual que Mubarak, y con Gadafi hemos tenido tan buenas relaciones que hasta le regaló un caballo a Aznar cuando era presidente.

Gadafi caerá porque tiene el destino en contra pero Europa podía hacer mucho más para acabar con su mandato infame que tiene coletazos de animal herido, de monstruo que manda ametrallar a su pueblo desde unos cazas que vuelan bajo. Pero no, lo veremos caer en los Telediarios, en CNN + no porque ahora emiten Gran Hermano, (muy oportuno el cambio, Vasile, en su conciencia quede).

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