Los diarios echan humo. Los entresijos de la negociación entre el Gobierno y ETA que han salido a la luz a raíz del ‘caso Faisán’ han puesto a la prensa patas arriba, lo que ha provocado que asuntos hace unos días de máxima relevancia (como la intervención militar en Libia; la crisis nuclear en Japón, que ha declarado la alerta máxima; o la grave situación de Portugal, a un pasito del rescate con sus bonos basura) han pasado a ocupar un discretísimo segundo-tercer plano.
Y no es de extrañar semejante despliegue a juicio de lo que dice especialmente la prensa conservadora que ha sucedido. Abc sentencia, y no se corta ni un pelo, que “no hay precedente en el mundo democrático de un Gobierno capaz de ofrecer la rendición del Estado a una banda de asesinos” y alerta que “lo ocurrido coloca al Ejecutivo de Zapatero al borde del abismo”. Y tampoco le anda a la zaga Ussía en La Razón que habla del “atentado antidemocrático más grave de nuestros tiempos de libertad. Más aún que el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981” . El Mundo pone el broche porque, como siempre, dice lo hay que hacer, en este caso al presidente, al que insta -ya que no puede disolver las Cámaras de inmediato, debido a que las elecciones municipales ya han sido convocadas- “a someterse a una cuestión de confianza en el Parlamento”. Confianza en sí mismo es lo que tiene Pedrojota.
En el lado progresista también hay preocupación (ya que como destaca El País, “por primera vez en democracia un juez investiga las negociaciones del Gobierno con ETA para saber si hubo órdenes políticas de no detener a terroristas”), pero también cabreo por que el PP rescate la lucha antiterrorista y lance una ofensiva contra Rubalcaba. El de Prisa en su editorial quiere dejar claro que cometer errores en la negociación no es lo mismo que colaborar con la banda terrorista y opina que no se debe convertir en materia penal los errores de “personas que intentaban lo mismo que Aznar y con la expresa autorización del Parlamento”.
