La Comisión Europea ha propuesto armonizar la normativa de las hipotecas en la UE para introducir una serie de mejoras que eviten el recalentamiento del sector y minimicen los casos de impago y embargo. La propuesta de directiva obliga a las entidades a evaluar la capacidad de pago del cliente y a informar sobre la relación entre la persona que concede el crédito y el que la recibe para evitar conflictos de interés.
Además, endurece las exigencias a la hora de publicitar o aconsejar sobre una hipoteca. Según Bruselas, los beneficios de la norma en términos de reducción de los impagos podrían ascender a los 1.931 millones de euros anuales.