La dirección del Grupo Socialista Parlamentario presiona a los diputados del PSC en el Congreso para que no rompan la disciplina de voto mañana en la moción que CiU presenta en la Cámara para que el Gobierno anticipe ya el pago de 1.450 millones de euros del Fondo de Competitividad a la Generalitat.
El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, tiene hasta las 12 de la mañana para sofocar una nueva rebelión de los 25 diputados del PSC en la Cámara y evitar que se traslade una imagen de división en las filas socialistas en plena campaña electoral. El motivo de este enfrentamiento es la reclamación de 1.450 millones del presidente de la Generalitat, Artur Mas, que el propio PSC ha apoyado en el Parlament. Una exigencia que mañana se someterá a votación en el pleno del Congreso.
Para mantener unido a los 169 diputados que el PSOE tiene en la Cámara baja, Alonso, según han asegurado fuentes parlamentarias a EL BOLETIN, negocia con el PSC una solución a este conflicto que pasaría por presentar juntos una enmienda a la mencionada moción de CiU. En esta enmienda, PSOE y PSC, a petición de los socialistas catalanes, pedirían al Gobierno el cumplimiento de la Ley de Financiación Autonómica y que este asunto se negocie de manera bilateral entre Ejecutivo central y Generalitat.
Este acuerdo dejaría en ‘agua de borraja’ la moción y posterior votación propuesta por CiU. Asimismo, el PSC salvaría su imagen ante la sociedad catalana tras las constantes declaraciones de sus dirigentes en las que aseguraban que iban a apoyar esta reivindicación hasta el final y la ‘pelota’ estaría en el tejado de Artur Mas y en su disposición de sentarse a negociar con el Gobierno.
Hasta que se haga oficial este pacto, el portavoz económico de CiU, Josep Sánchez Llibre, ha pedido a “todos los diputados, en especial a los catalanes integrantes de diferentes grupos parlamentarios, que voten favorablemente para corregir la injusticia que vive Cataluña, financieramente hablando”. Desde la formación nacionalista se cree que la propuesta de una negociación bilateral no es más que una “cortina de humo para alargar el pago de este fondo” y de retrasar el debate sobre esta deuda hasta después de las elecciones del 22 de mayo.
