Cada vez que Inmaculada Rodríguez Salmones le pregunta a Carme Chacón por el pago del rescate del “Alakrana”, Rubalcaba se hunde en la butaca y se dispone a echarse unas risas porque el asunto no va con él. Chacón tiene en el pago del rescate un marrón no resuelto, y ni la perífrasis le libra de admitir que el Gobierno pagó a los piratas del Índico en singular maniobra que se quiere ocultar aplicando un prurito oculto y absurdo.
Chacón se agarra a la literalidad de la sentencia y subraya que la operación fue legal. ¡Buf, vaya alivio!, ya pensaba que les habían colado unos dólares falsos a los secuestradores, que no se diga porque cuándo España paga es que paga de verdad. Menuda imagen íbamos a dar entre los piratas si se enteran de que les hemos colado unos billetes falsos, nos iban a poner de cutres para arriba, y el prestigio hay que mantenerlo hasta en las peores ocasiones.
Ahora entiende Carme Chacón por qué le llevaron el lunes a dar un mitin a los salones “Epílogo” de Tomelloso, nada es casual y en la carrera sucesoria Rubalcaba le va a sacar el barco como una pesadilla, como si fuera Johnny Deep huyendo de “La Perla Negra”. En cuánto Chacón se relaje ahí aparecerá el “kraken” calvo y con barba. Con lo sencillo que hubiera sido reconocer que hemos creado una ONG de ayuda al pirata que podrá acceder a los rescates previo paso por el cajero automático con timón, (otra novedad que aportamos a la banca moderna). De otra forma no hay quién vuelva a Tomelloso.
