Un renacido Barack Obama, gracias al aumento de la popularidad que le ha proporcionado la eliminación de Bin Laden, parece dispuesto a retomar parte de su agenda ‘socialdemócrata’. Pero eso sí, con la justa medida de cada paso y la aplicación del viejo refrán castellano ‘una de cal y una de arena’ que puede ser un consejo más que interesante de seguir, en según que casos. De modo que sí hace un par de días hablaba de llevar a cabo la reforma migratoria, ayer se vestía de estadounidense puro y exigía a las empresas americanas que invirtieran en América y contrataran americanos.
Obama exige a las corporaciones que le devuelvan al país el ‘regalo’ que supuso la cantidad de dinero que los contribuyentes tuvieron que aportar para rescatar a los bancos, a las aseguradoras, a los grandes fabricantes de automóviles. La deuda no se salda con la simple devolución de lo prestado. Hay otra deuda moral que saldar. Un argumento efectista que pone en primer plano que el desempleo es el verdadero problema del país.
