Los representantes de los trabajadores de las cajas españolas en proceso de fusión han decidido aplazar las negociaciones sobre las diferencias salariales hasta finalizar la integración de las entidades, según han informado a EL BOLETÍN fuentes sindicales. La prioridad está en fijar los ajustes de plantilla y las condiciones generales del acuerdo. Un ejemplo de esta forma de actuar puede verse en el tenso proceso de fusión que viven Unicaja y Caja España-Duero.
Los sindicatos de Unicaja admiten que, pese al desfase en los salarios de ambas entidades, la mejor opción sería que cada caja mantenga el sueldo de sus trabajadores, hasta que se conforme un banco en el que se integren los empleados de ambas compañías.
Según el medio digital leonoticias.com, los empleados de Unicaja cobran, de media, un 9% menos que sus homónimos de la caja castellano-leonesa, una cifra calificada de “falsa” desde la caja andaluza. Sin embargo, desde la entidad no se ofrece una cifra alternativa, pese a las preguntas de este medio.
La caja andaluza exige a sus futuras socias, según el medio digital antes citado, una equiparación salarial “a la baja”, y el despido de 147 trabajadores más.
Otro de los procesos de integración que aún no se ha tocado el debate de la equiparación salarial es el SIP formado por Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria. De momento, también se encuentra en pleno trámite de fusión, y ha optado por mantener los sueldos de sus trabajadores independientemente de que existan diferencias.
En las últimas fusiones de entidades financieras, las diferencias salariales fueron uno de los principales escollos de las negociaciones. Un claro ejemplo fue el proceso liderado por Caja Madrid y Bancaja, en el que los sindicatos de las ocho entidades alcanzaron un acuerdo en septiembre del pasado año, por el que acordaron equiparar los salarios de las distintas cajas.
