Internacional

Los mercados castigan a sus principales defensores políticos

La crisis financiera ha demostrado que los políticos son incapaces de poner coto a los mercados. Estos, lejos de agradecérselo, han pasado su particular factura. De este modo, la inmensa mayoría de líderes europeos se encuentran ahora ante el enfado popular y sufriendo duros correctivos electorales. Algunos, incluso, se han visto obligados a convocar elecciones anticipadas. Son los casos de Irlanda o Portugal.

La incapacidad de crear una agencia de calificación europea pública para contrarrestar los análisis que establecen las tres grandes calificadoras del momento (Moody´s, Standard & Poor´s y Fitch Ratings) o el hecho de haber inyectado dinero en los bancos mientras se exigía a la población asumir fuertes recortes sociales ahora ha puesto contra las cuerdas al primer ministro griego, el socialista George Papandreou.

Papandreou ha tenido que salir a defender ante los mercados que no pretende convocar elecciones anticipadas, un rumor que ha cobrado fuerza desde comienzos de la semana, y con los costes de financiación del Tesoro de Atenas rozando lo prohibitivo (la rentabilidad del bono a diez años heleno ronda el 17% mientras que la del bund alemán es del 3,03%). Esa misma cuestión es la que también parece afectar al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que tras su derrota electoral del pasado domingo ahora se enfrenta a nueve meses complicados antes de las elecciones generales, con la oposición pidiendo una renuncia del poder y los mercados especulando, ya, sobre ella. Aunque los mercados de deuda no han ejercido tanta presión sobre España que sobre Grecia u otros países.

Papandreou y Zapatero no son casos aislados. En el entorno de los llamados países periféricos, el primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, tuvo que anunciar su dimisión hace unos meses y convocar elecciones anticipadas después de que el Parlamento luso no aceptase un paquete de medidas de austeridad requerido por los mercados internacionales. Poco después, Bruselas aceptó enviar 78.000 millones de euros a Lisboa a cambio de que se cumpliesen las reformas de Sócrates. En Irlanda, el actual primer ministro Enda Kenny entró en el poder en febrero después de que Brian Cowen, el anterior dirigente del Tigre Celta, aceptase un rescate financiero de 85.000 millones de euros en noviembre a unos tipos del 6% que, según los expertos, impiden el crecimiento de la Isla Esmeralda. Por lo que Cowen tuvo que convocar elecciones anticipadas y perderlas.

Esta crisis de popularidad también ha afectado a líderes en teoría mejor asentados como la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente galo Nicolás Sarkozy o el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

El partido de Merkel, los democristianos de la CDU, ha perdido las elecciones regionales que se llevan realizando en Alemania desde hace un año. A su vez, los principales partidos de la oposición (SPD y Los Verdes) se han hecho con el poder en feudos históricos como Baden-Württenberg o Bremen. En Milan, el feudo de Berlusconi, la formación del mandatario perdió el pasado 16 de mayo la primera vuelta de los comicios locales, lo que ha supuesto un duro golpe para el primer ministro del país mediterráneo. Y en Francia, la popularidad de Sarkozy se encuentra muy dañada, aunque su principal opositor, Dominique Strauss-Kahn, le haya concedido un respiro reciente tras ser expulsado de la carrera electoral francesa cuando fue detenido el pasado domingo en Nueva York acusado de retención ilegal e intento de violación.

Más información