Opinión

Todo por el prestamista

Los planes y programas de salvamento que se han pretendido a aplicar en los últimos meses a las crisis que se han desarrollado en Grecia, Portugal e Irlanda han hecho y hacen aún tambalearse al euro tanto los rescates ya anunciados, como el que tendrá como protagonista pasivo al Estado luso, todavía por formular, han sido y son objeto de una contestación creciente en muchos sectores.

Un aluvión de descontento que tiene su origen en la inconsistencia de unos planteamientos que pretendían solucionar fuertes depresiones económicas con créditos concedidos a tipos de interés estratosféricos que, además, debían devolverse a muy corto plazo y que sólo se entregan en compañía de unos programas de ahorro fiscal muy exigentes. Y esos recortes y ajustes destinados a reducir el gasto público para asegurar que el prestatario va a disponer de liquidez suficiente para cumplir con sus prestamistas y que abocan prácticamente al colapso económico a los estados receptores de tales regalos envenenados.

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