Opinión

Jens Weidman defiende sólo a los suyos

El episodio del aquelarre griego hace subir la temperatura de forma acelerada en la caldera donde hierve el euro. Tanto es así que empieza a resultar urgente bajarla. Al menos, eso es lo que se desprende de de las primeras declaraciones de Jens Weidman, el antiguo asesor de Merkel que preside ahora el Bundesbank.

Weidman ha querido dejar claro, para la perfecta comprensión de la concurrencia, que cualquier posible reajuste en las condiciones de financiación de Grecia tiene que contar con la consolidación de las garantías de los prestamistas privados, junto a su aquiescencia a aceptar los cambios que se introduzcan en ese esquema de ayudas que se ha constituido en una arquitectura tan pesada que es prácticamente imposible que una economía griega amordazada pueda llegar a hacer frente a todos los compromisos contraídos.

Es evidente, que el nuevo responsable del Banco Central de Alemania, que ya ha hecho trampa para conseguirlo, no quiere salvar Grecia: intenta que los bancos teutones no se hundan.

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