Esta mañana tocaba hablar en las tertulias del debate sobre el estado de la Nación, el último de José Luis Rodríguez Zapatero, y hubo bastante coincidencia entre los tertulianos en señalar que este debate es distinto a otros y en manifestar que no esperan demasiado del mismo. En la SER, Carles Francino basó su escepticismo en la debilidad de este Gobierno y por la actitud de Rajoy de no definir sus propuestas, mientras que Fermín Bocos señalaba en la COPE que la sensación entre políticos y ciudadanos es que la legislatura está agotada y por tanto el debate es inútil.
Respecto a lo extraño de este debate Enrique Aguirrezábal recalcó que esta cita se produce en el tiempo de descuento de la legislatura y con un Zapatero que sale, un Rajoy que quiere entrar y en medio, Rubalcaba, que se convertirá en el protagonista. Antonio Casado fue en la misma línea y habló de un raro debate entre un casi ex presidente, un casi presidente y un convidado de piedra, un casi candidato al que ni siquiera han proclamado como cabeza de lista.
Por lo demás, Margarita Sáenz-Díez (SER), Fernando Fernández (COPE) y Enric Juliana (Onda Cero) pusieron el acento en la grave situación en la que se encuentra España a consecuencia de la crisis griega y tanto Juliana como Casado dieron a entender que un adelanto electoral, un final brusco de la legislatura sería una señal negativa para el resto de Europa y para los mercados porque haría decaer los proyectos legislativos, es decir, las reformas pendientes. Juliana parecía muy preocupado porque dice “está en juego el futuro del euro” y dijo que si no se resuelve bien lo crisis griega “todo el sur de Europa va a la argentinización”.