Mi jefe dice...

Lo único que les queda por tumbar…

No hay ‘lobby’ mejor. Mi jefe está convencido de esta verdad absoluta relativa a la efectividad sin par de los grupos de presión que se articulan en torno a los grandes bancos de negocios internacionales.

Son modernas máquinas de intoxicar a la que no hay propósito que se les resista. Ni siquiera cuando, como ahora, salen al campo en una clara situación de inferioridad debida, sobre todo, a los desmanes cometidos previamente por la industria que les paga. Pero no importa, para este equipazo, según opina mi jefe, siempre hay un partido que jugar y siempre hay posibilidades de ganar. Que digo de ganar, de ganar por goleada y con desahogo, porque, cuestiones morales aparte, hay que ver como juegan estos tíos.

lLa única duda que queda es cuánto tiempo van a tardar en tumbar las supuestas nuevas reglas, más duras, de capital que intentaban imponerle al sector con el acuerdo Basilea III. Tumbarlo lo tumban, eso es seguro. ¿Cómo no van a ser capaces de hacerlo si ya han conseguido que la población del sur de Europa aparezca como la culpable de la crisis financiera que crearon sus jefes?

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