En la diana

La propiedad privada y la reforma cubana

Con una población cada vez más agotada por las demoras y los retrasos, el Gobierno cubano, o más bien la veterana dirigencia de la Isla, sigue con el único empeño recurrente de ganar tiempo. Sin embargo, hay problemas que si se dejan para después ni desaparecen, ni pierden complejidad.

Por el contrario, suele suceder que cuando reaparecen resultan más difíciles de resolver, combinados con otros aspectos coyunturales que también empeoran al no haberse resuelto la parte principal del embrollo. En el caso de Cuba, esa parte básica que impide el avance es el establecimiento de alguna forma de propiedad privada.

Sin ella, ni se podrán vender casas, ni se podrán vender coches, ni, sobre todo, se podrá avanzar en la reforma de la economía.

Sencillamente porque el establecimiento de circuitos de crédito y financiación requiere de avales individualizados. Y sin propiedad privada no hay garantías para los préstamos. Y sin ellos, ni los emprendedores, ni los autónomos, pueden despegar y consolidarse.

Más información