A mi jefe no le parece ni bien ni mal que ‘El País’ apoye con tanta decisión a ese grupo de cineastas socios de la SGAE que quiere reconducir la crisis, cambiar el sistema electoral y conseguir que dimita Teddy Bautista. Para él, los de Prisa están en su derecho y si se quieren ‘mojar’ no entienden porque hay que criticarles. Ni entiende tampoco el escaso éxito que el manifiesto parece tener entre los socios del ‘Pequeño derecho’. Ya sabe mi jefe que hay mucho maledicente, sobre todo entre los músicos que tanto se quejan del daño que hacen las descargas, que dice por ahí que, en este asunto, Prisa se ha puesto a las órdenes de Telecinco. O lo que es lo mismo que su periódico defiende los intereses de las editoriales de las televisiones privadas.
Pero esas lenguas viperinas, para mi jefe se parecen mucho a María Dolores de Cospedal. Esa presidenta que cuando se suelta el pelo gusta de acusar al Gobierno de lo que sea sin preocuparse de contar con pruebas que sustenten sus afirmaciones. Así que no seremos nosotros los que digamos, me explica mi jefe, que a estos de Prisa se les pone cara de Berlusconi cuando escriben sobre la SGAE.
