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La baja de Madrazo aumenta los conflictos en IU

Dos años y medio después de que Cayo Lara se hiciera con las riendas de IU para frenar la caída libre del partido, la coalición vuelve a atravesar dificultades. La baja de militancia anunciada por Javier Madrazo después de que el coordinador de EB, Mikel Arana, le acusara de ser la mente pensante de un pacto ofrecido al PNV en Álava a cambio de colocar militantes en cargos públicos, ha partido en dos a la formación en el País Vasco. Una situación que ahonda en la crisis provocada por IU de Extremadura tras facilitar la investidura del candidato del PP, José Antonio Monago.

El conflicto en EB crece día a día. El ex coordinador general del partido, Javier Madrazo, anunciaba ayer en su blog que iba a solicitar la baja del partido para “ayudar de algún modo a facilitar un acercamiento entre todas las personas que continúen en la organización”. Nada más lejos de la realidad. Sus seguidores están en pie de guerra después de que Arana anunciara un Consejo Político para mañana para estudiar la expulsión de Madrazo y del portavoz de la Presidencia, Serafín Llamas, a quienes consideran responsables de ofrecer al PNV un pacto en Álava a cambio de colocar a más de 40 militantes en cargos públicos. Madrazo niega haber participado en estas negociaciones e insta a la dirección del partido a asumir sus responsabilidades.

Paralelamente, según publica Deia, nueve de los 18 miembros que integran Presidencia del partido denuncian que ayer Arana no les convocó a la reunión de este órgano y le situaron fuera de la organización por celebrarla fuera de la sede de EB. Este grupo ha convocado otro Consejo Político el día 19 para hablar de las negociaciones en las Juntas Generales de Álava.

Extremadura

Mientras EB se parte en dos, IU de Extremadura se sitúa al margen de las decisiones de la ejecutiva que dirige Cayo Lara. El pasado jueves, la dirección federal de IU amenazó con la expulsión a sus tres diputados en la Asamblea extremeña al abrirles un expediente informativo minutos después de que éstos se abstuvieran y favorecieran así la investidura del popular José Antonio Monago. En un comunicado, la coalición aseguraba que la dirección extremeña “no representa hoy la política de Izquierda Unida y se sitúa fuera” de esta formación.

“La más rotunda desautorización política”. Así es como calificó la cúpula de IU la decisión de sus tres diputados de llevar hasta el final su órdago y facilitar con su abstención la investidura de Monago. Esta decisión deja a estos parlamentarios al límite de la expulsión y tensa la relación entre la federación extremeña y Madrid hasta tal punto de que la directiva de IU asegura que “no se responsabiliza de las consecuencias políticas que se deriven” en esta región “de la decisión tomada”.

En este contexto hay quien pide, en el seno del partido, el regreso de Gaspar Llamazares.

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