Economía

Los bancos intervenidos, los más solventes de la Unión Europea

Si algo puede haber quedado claro en esta segunda ronda de las pruebas de resistencia europea es que sin la nacionalización parcial de algunos de los grandes grupos que se produjo hace un año, el panorama aún sería mucho peor. A tenor de los resultados del último examen, las entidades intervenidas son hoy las más solventes.

Eso explica que entidades como el brtiánico Lloyds, o el alemán Hypo Real State presente hoy capitalizaciones superiores al 10% en el escenario más adverso de las pruebas. También la buena posición de los bancos irlandeses que ya el año pasado aprobaron esta pólemica prueba para tener que ser nacionalizados poco después en un proceso que incrementó la crisis del euro y provocó que el propio Estado Irlandés tuviera que ser rescatado.

Otra curiosidad es que, por segundo año consecutivo, es un banco español, la Banca March, quien encabeza la clasificación de solvencia europea en un escenario adverso con un porcentaje de capital básico del 23,5% de sus activos totales. Pero, como sucede con otras entidades de pequeño tamaño, esos números, buenos, evidentemente, no llaman demasiado la atención a los analistas, concentrados en otros asuntos. Como la falta de rigor al aplicar un análisis exhaustivo a las carteras de deuda soberana o a la exposición de derivados.

Entre otros motivos, porque la necesidad de que los estados se impliquen en la limpieza de los balances de sus entidades problemáticas siembra toda clase de incertidumbres sobre la viabilidad del euor. Más aún cuando algunos procesos, como el reflotamiento del RBS británico, han resultado tan complicados y costosos que sólo tienen a su favor la rápidez con que se puso en marcha la operación de salvamento.

Justo lo contrario de lo que pasa en otros lugares, como, por ejemplo, Alemania, donde las cifras dejan mucho que desear, según los observadores financieros. Y donde parece haberse optado por ocultar las crisis en lugar de sacarlas a la luz y resolverlas.

De hecho, la opinión casi unánime entre los expertos a las pocas horas de que hubiera finalizado la publicación de las prubas de resistencia, era que el supuesto ejercicio de transparencia que Bruselas había preparado para tranquilizar a los mercados había sido una nueva cortina de humo.
Un balance que junto a los accidentados prolegómenos de su puesta en escena en lugar de despejar las dudas, han servido para alimentar aún más la incertidumbre y la sospecha.

Aunque este resultado podía intuirse antes. El viernes, unas horas antes del acontecimiento. Las dudas sobre la verosimilitud tensaban desde primera hora la negociación en los mercados interbancarios, en los que los tipos de interés alcanzaban sus cifras máximas de los dos últimos años. El libor a tres meses se situaba en 1,5520%, mientras que el euribor marcaba un 1,608%.

No hay mejor prueba que esta, en opinión de los analistas, para evaluar el dictamen del propio sector sobre los números que iban a presentarse. Si las entidades financieras no se prestan entre si es porque desconfían unas de las otras.

Y, aunque los tipos de préstamo del mercado intercambiario alcanzaban unos guarismos muy altos, sin embargo, no suponían el principal problema para algunos analistas consultados por las agencias financieras especializadas. En opinión de este grupo, la caída del volumen de las operaciones y el regreso de la desconfianza de los bancos a prestarse dinero entre sí revelan un problema mayor.

Sobre todo porque ni siquiera con unos criterios tan alejados de la realidad y unos escenarios adversos más favorables de los que atraviesa la economía europea hoy por hoy en aspectos tan fundamentales como la valoración de las carteras de deuda soberana, las entidades se mostraban dispuestas a que sus números se hicieran públicos.

La banca alemana volvió a criticar las pruebas de resistencia financiera el mismo día de su publicación. Según Michael Kemmer, director ejecutivo de la patronal de banca privada alemana, «tendría sentido que la Autoridad Bancaria (Europea, EBA) hablará con cada uno de los bancos sobre los resultados de las pruebas de resistencia y que no fuera tratado en el mercado abierto».

En declaraciones a la emisora Deutschlandfunk, dijo que teme «que ante la complejidad de la situación no quede necesariamente garantizado el manejo adecuado de estas informaciones».

Antes de eso, el landesbank alemán Helaba una de las entidades germanas que tenía que presentarse al examen por decisión del Bundesabnk, optó abandonar el ejercicio para evitar suspender la prueba, amparándose en las leyes de secreto profesional, según Bloomberg.

Para evitar que esto vuelva a repetirse, Bruselas tiene previsto dar más competencias a la Autoridad Bancaria Europea y a los reguladores nacionales. Un borrador elaborado por el Ejecutivo Comunitario, que recoge la agencia de comunicación estadounidense, contempla que las reglas de secreto profesional no impidan a los reguladores publicar los resultados.

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