¿Podría ser sostenible el pago de la deuda alemana si su volumen total se sitúa en el 110% del PIB?
Probablemente sí. Como lo ha sido hasta ahora la italiana que lleva mucho tiempo en el entorno del 120%.
Y esa sería la cifra a la que en el peor de los casos llegaría el ratio teutón si tuviera que responsabilizarse de la parte que le correspondiense en una eventual emisión de eurobonos.
Pero ese guarismo, choca frontalmente con la idea de desmontaje del estado que defienden los neoconservadores. Una posición ideológica en la que se sienten cómodos todos los dirigentes europeos que crecieron en el antiguo bloque comunista.
Personas como Angela Merkel, criada en la RDA, absolutamente ajenas al pacto entre democristianos, liberales y socialdemócratas del Viejo Continente que fraguó el estado del bienestar europeo y contribuyó, mucho más que la guerra fría, a acabar con los totalitarismos que anidaban tras el telón de acero. De eso, los feroces adalidades anticomunistas ni siquiera han oído hablar.
