El Gobierno que preside el presidente Barack Obama, y que actualmente mantiene el control sobre el 77% de la que en su día fuera la mayor aseguradora del mundo, AIG, la ha emprendido contra Bank of America. La aseguradora anunció ayer que tomará acciones legales contra la entidad para recuperar los más de 10.000 millones de dólares (7.022 millones de euros) que perdió con la titulización fraudulenta de hipotecas.
En medio de la volatilidad que afectaba ayer a Wall Street, el diario The New York Times desvelaba poco después del inicio de la sesión que AIG preparaba una demanda multimillonaria contra Bank of America. Entonces, los títulos del grupo bancario se derrumbaron. Las acciones de la entidad perdieron en la última sesión más de un 16% a raíz de conocerse la noticia.
Los títulos de Bank of America no atraviesan una buena época, y desde que se agravó la crisis financiera en 2008 la entidad ha sufrido varios sobresaltos debido a los negocios relacionados con el mercado inmobiliario que mantenía antes de esa fecha.
Precisamente, AIG acusa a Bank of America y sus filiales de haber falseado la calidad de los paquetes de deuda estructurados con hipotecas. Eso permitió atraer inversores, después de que las agencias le concedieran la máxima nota. Una práctica que está en el corazón de la última crisis y que está siendo investigada por el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman.
La aseguradora tuvo que ser rescatada por el Tesoro estadounidense para evitar correr una suerte similar a la de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión mundial hasta el 15 de septiembre de 2008, fecha de su quiebra y cierre. De haberse hundido AIG, los expertos consideran que la economía global hubiese entrado en una situación de catástrofe. Hasta el pasado 25 de mayo, la Casa Blanca controlaba el 92% de AIG, que desde principios de año tenía en mente un plan para reducir esta participación.
