Economía

La fusión de las cajas vascas, otra vez en el aire

El proyecto para la creación de una única caja vasca que integre a Caja Vital, BBK y la Kutxa de San Sebastián podría quedarse en papel mojado tres años después del primer intento fallido de fusión. Si entonces el fracaso del proyecto llegó con los votos en contra de PP y PSOE, ahora es Comisiones Obreras (CCOO) quien tiene en su mano echar por tierra o favorecer el desarrollo del nuevo plan. La clave del sentido de su voto: la negociación de un nuevo acuerdo laboral.

Según fuentes cercanas a la operación, la patata caliente que pone en vilo la fusión de las tres entidades vascas está en las condiciones de prejubilación ofrecidas a los empleados de los que tenga que prescindir la futura Kutxa Bank y en la cuantía de los incentivos por movilidad a percibir por los trabajadores que permanezcan en la nueva entidad.

Por el momento, según CCOO, no existe ningún acercamiento por parte de la directiva de las cajas para negociar estos puntos y, de no conseguirse un acuerdo -que “en absoluto” está ni tan siquiera esbozado-, el sindicato amenaza con no apoyar la fusión en las asambleas que celebrarán el próximo mes de septiembre cada una de las tres cajas de ahorros implicas.

La situación no parece preocupar a los dirigentes de Caja Vital y BBK, que ya cuentan en sus respectivas asambleas con los apoyos necesarios para aprobar la integración en sus citas del próximo 16 de septiembre, tal como han anunciado hoy mismo en periódicos de tirada nacional. Sin embargo, el sentido del voto de CCOO en la asamblea de la Kutxa el próximo 23 de septiembre es decisivo para que la integración pueda seguir su rumbo.

El presidente de la entidad donostiarra, Xabier Iturbe, sólo cuenta por el momento con 58 apoyos para su plan, cuando necesita un mínimo de 67 sobre un total de 100 para sacarlo adelante. Quienes ya han mostrado su apoyo a la fusión vasca en Kutxa son los 24 representantes del PNV, los 18 del PSE -algunos de ellos causantes del naufragio del proyecto de fusión de 2008-, los 13 del nacionalista Hamaikabat, los dos exmilitantes de Alternatiba y el único representante del PP en la asamblea.

CCOO cuenta con diez asientos en la asamblea de la caja, con lo que su apoyo conseguiría sacar adelante el plan aún a pesar de que el resto de asambleístas que aún no han definido su voto optaran por el no. Por el momento la ausencia de llamadas a los sindicatos por parte de la directiva, según ha confirmado CCOO a EL BOLETÍN, no parece ser la mejor estrategia a seguir por Iturbe. En un comunicado, el sindicato califica como “asombroso” el cambio de planteamiento sobre la negociación laboral con respecto a 2008, cuando CCOO alcanzó un acuerdo con la directiva de Kutxa y votó a favor de una fusión que finalmente no se produjo.

Por el momento, los más reacios a dar su apoyo a la creación de la gran entidad vasca son los 25 abanderados de la coalición Bildu y los cinco representantes que suman EA, Aralar y Alternatiba; que critican el modelo poco social y privado que según ellos se ha diseñado para la nueva Kutxa Bank. Tampoco parece probable que los sindicatos Pixkanaka Kaskari y LAB vayan a facilitar la integración aunque se avance en la negociación laboral.

La Kutxa de San Sebastián, que es donde se juega el futuro del sector financiero vasco, ha anunciado hoy que su asamblea general tendrá lugar el próximo 23 de septiembre, una semana después de que sus compañeras de viaje hayan ratificado el proyecto común. En este movimiento, los expertos ven una apuesta por ganar tiempo y conseguir recabar apoyos para la integración a contrarreloj. El acuerdo con CCOO podría evitar que la donostiarra vuelva a convertirse en la ‘aguafiestas’ de la operación, como ya ocurrió en 2008 a raíz del desacuerdo entre nacionalistas por un lado y socialistas y populares por otro. Ahora, la última palabra corresponde a los diez votos de CCOO.

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