La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, está cansada de los indignados, y hoy, tras el primer Consejo de Gobierno del curso político, ha cargado de nuevo contra el movimiento del 15-M. La popular, que ha acusado al colectivo de “querer privatizar la Puerta del Sol y transformarla en La Bastilla”, ha afirmado contundentemente que esta “broma” se ha acabado.
En concreto, Aguirre ha acusado al ministro de Interior, Antonio Camacho, de haber dado orden a la policía de no identificar a los indignados que, a su juicio, “vejaron” a los peregrinos de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se celebraron en Madrid del 16 al 21 de agosto, y ha calificado esta situación de “indignante”.
La presidenta cree que esta ‘broma’ en la que se ha convertido el movimiento del 15-M “no tiene parangón, no se ha visto nunca”, y ha cargado contra Camacho y contra el ex ministro de Interior y candidato socialista a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, porque “juran cumplir y hacer cumplir la ley y la violan fragante y directamente”.
Por ello, ha señalado que “la única ventaja” que ve a la situación actual es que “a partir del 20 de noviembre cambiará el ministro de Interior y el que venga cumplirá y hará cumplir la ley” de verdad.
