En la diana

Una figura emergente

Para algunos diplomáticos europeos ociosos afincados en La Habana el nombre de Omelio Borroto Leal, director del Instituto de Ciencia Animal (ICA), cada vez cobra más relevancia en la actualidad económica cubana. Su nombre aparece cada vez en más medios de comunicación defendiendo una mayor descentralización de algunas competencias estatales para estimular «a los nuevos cuadros cubanos» en su labor de volver a enderezar la maltrecha economía de la mayor de las Antillas, que no parece levantar cabeza desde el año 2008. Como muchos otros países, por otra parte.

Este funcionario es un ejemplo a seguir para muchos. Un hijo del socialismo isleño, como señalan algunos. Hijo (esta vez biológico) de labradores, se aficionó de joven al baloncesto en los pocos ratos libres que le quedaban entre tarea y tarea. Gracias a ello obtuvo una beca para jugar al baloncesto en la Universidad Central de las Villas Marta Abréu. Pero ahí no pudo cumplir su sueño, el de estudiar Derecho para convertirse en abogado, por lo que tuvo que contentarse con aspirar a ser un prometedor ingeniero agrónomo. Y pocos vaticinaron un futuro tan brillante como el que ha alcanzado.

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