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La brecha electoral entre el PP y PSOE se amplía un poco más

La distancia en cuanto a intención de voto entre el PP y el PSOE para las elecciones generales del 20-N ha vuelto a ampliarse, según una encuesta de Metroscopia para El País, que sitúa al candidato popular a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, 14,1 puntos por encima de su homólogo socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tras la euforia que se vivía entre los militantes del PSOE después de conocer los datos del sondeo del CIS de julio, que posicionaba a Rubalcaba a solo siete puntos de Rajoy, su buen ánimo se ha desinflado como un globo, pues los nuevos datos, que se han recabado tras la reforma de la Constitución, duplican esta distancia hasta los 14 puntos. Y las reacciones de los candidatos, como no podía ser de otro modo, no se han hecho esperar.

Mientras que Mariano Rajoy aseguraba en Telecinco que estos resultados le aportan “moral”, Alfredo Pérez Rubalcaba declaraba que esta brecha, que se vuelve más amplia, se debe a que los votantes “están desconcertados por la reforma de la Carta Magna. El electorado está de acuerdo, en el fondo, pero no en la forma en la que se hizo”, ha asegurado esta mañana el candidato socialista en una entrevista en RNE.

En cualquier caso, los datos están ahí y pese al talante optimista de Rubalcaba y el apoyo de compañeros de partido como el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, éstos han debido suponer un buen ‘varapalo’ dentro de las filas socialistas.

Además, y a pesar de que los datos no reflejan que la popularidad de Rajoy haya mejorado, es Rubalcaba el que no acaba de llegar a los votantes. La gestión de José Luis Rodríguez Zapatero y la idea de ‘continuidad’ que han extendido los populares parecen ser un peso demasiado voluminoso para el nuevo candidato.

Y por si esto fuera poco, la encuesta de El País asegura que hay una gran desidia entre el electorado socialista, lo que, sin duda, augura una respuesta electoral baja. Según Metroscopia, la participación podría ser del 70%, lo que supone cinco puntos menos que los cuantificados en los comicios generales de 2008.

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