Todd Bradley, máximo responsable de la división de PC de Hewlett-Packard, aún desconoce cuál va a ser su futuro desde que la empresa anunciara hace un mes que estudia eliminar este negocio. Su nueva jefa no ha aclarado exactamente la situación.
Meg Whitman, ascendida la semana pasada de directora a presidenta ejecutiva del gigante de Silicon Valley, se comprometió a llegar a una decisión para finales de año sobre el destino de la filial de ordenadores. Aunque también se comprometió a revisar los planes, afirma que ella apoyó la decisión de la junta directiva de estudiar una escisión. “Obviamente daremos un paso atrás y echaremos una atenta mirada a esto”, dijo Whitman el jueves en una conferencia telefónica que recoge The Wall Street Journal.
Algún tipo de resolución sería bienvenido por Bradley, quien no ha ocultado que le gustaría dirigir el negocio de las PC como una empresa separada. Desde el 18 de agosto, cuando el ahora destituido presidente ejecutivo Léo Apotheker anunció la posible división del negocio, Bradley ha viajado por el mundo para reunirse con sus empleados, mantener viva la intrincada red de suministro y convencer a los confundidos clientes de que HP es todavía una empresa de confianza para las PC, más allá de cómo pueda ser reorganizada.
